martes, 8 de septiembre de 2015

El emigrante




Aunque esta historia es ficticia,
está basada en hechos reales
que deberían avergonzarnos a cada uno de los que integramos
la supuesta humanidad del siglo XXI.
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El emigrante
(Sinopsis)
Es la historia de un joven mexicano, que como a miles de personas la pobreza lo obliga abandonar su hogar en busca de un mejor futuro en el vecino país del norte. Por desgracia el sueño americano poco a poco se va convirtiendo en su peor pesadilla, cuando se enfrenta a la cruda realidad que viven los emigrantes, no solo en su trayecto hacía la Unión Americana, sino en el mismo suelo del país más rico del orbe y en la frontera sur de México.
            Sin embargo, también tiene la fortuna de conocer la amistad y el amor en condiciones que ponen a prueba la entereza del ser humano, sobreponiéndose al odio racista, la explotación y el abuso de autoridad.
J. P. S. Valdés Barón    


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viernes, 15 de mayo de 2015

Un breve paréntesis


Adiós
A temprana edad de alguna manera todos aprendemos que existe la muerte, y más tarde hacemos consciente que algún día nosotros también vamos a morir y no hay forma de evitarlo, sin embargo nuestra mente se da maña para esconder esa realidad muy en el fondo de nuestro subconsciente, engañándonos como si a nosotros no nos fuera a suceder. Así transcurrimos por la vida como si la muerte fuera algo ajeno a nosotros, excepto cuando el destino nos toca muy de cerca y afecta a un ser querido, o en algún momento cuando la enfrentamos cara a cara durante algún peligro o enfermedad.
            Es el eterno ciclo de la vida que los humanos conocemos y contemplamos día con día: nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir. Por desgracia con demasiada frecuencia este ciclo se ve alterado sin completarse, y es muy doloroso y triste para las personas que lo sufren y ven partir a un ser querido sin haber vivido alguna etapa. Pero es aún mayor el dolor que destroza el alma, cuando el ciclo de la vida rompe la lógica y un hijo se adelanta a sus padres, algo que no debía suceder.
            Ver a una madre cómo se desmorona envuelta en llanto, al recibir la noticia que su hija adorada ha muerto y desesperada no lo acepta gritando: « ¡No es cierto…No es cierto!» es algo que ningún ser humano debería sufrir. Y cuando la negación se convierte en enojo es entonces que nos asalta la duda de si Dios existe, y si existe porqué nos castiga de manera tan cruel. Más tarde cuando nuestra alma ha quedado vacía y ha vertido todo el llanto posible llega la aceptación, es hasta ese momento que deseamos aferrarnos a la voluntad divina y empezamos a creer que Dios sabe el por qué y debemos conformarnos con sus designios.
            El consuelo empieza a confortar nuestra alma adolorida, cuando los seres queridos, familiares y amigos nos unimos en un sentido abrazo y volvemos a llorar juntos. Sin embargo, el tiempo no se detiene y debemos continuar con nuestras vidas y regresar a nuestras rutinas diarias sin poder evitar dejar el pasado, aunque en el corazón de esa madre quedara indeleble el recuerdo de su hija amada, y nada podrá llenar el vacío que deja quien fue parte de ella misma.
            Ahora, sin importar dónde o con quién se encuentre, siempre tendrá una lágrima deslizándose por su mejilla, sin poderle decir adiós a nuestra amada hija Marina; madre, esposa, hermana y amiga inolvidable.
Hija jamás olvidaré tus regaños y nuestras discusiones. Descansa en paz.
José Pedro Sergio Valdés Barón